«Un mordisco puede ser un gran arma política si se lo utiliza con consciencia. Por lo mismo, te invitamos a leer y compartir la  revista digital “Contratá Trans” donde encontrarás emprendimientos con una cocina autogestiva, transfeminista y no binarie en donde el amor y el cuidado se vuelven ejes clave.»

Un día vagando por el mundo de las redes sociales, específicamente en Instagram, llegamos a “Casa de Varones Trans”. Entre tantas publicaciones, se encontraba la consigna: “Contratá Trans”. Frente a nuestro desconocimiento sobre este motto, nos sumergimos en la búsqueda y descubrimos no solo una plataforma virtual para gestionar el empleo de personas trans, sino numerosos emprendimientos autogestivos y culinarios.

Al indagar más al respecto, nos encontramos con Kahn de Color Legumbre, Francis de Vetaggi y Jade de La Nonita Pastas y Zen Delicia Natural, quienes nos contaron sus experiencias dentro del universo emprendedor.  

Una de las razones principales para apostar por estos emprendimientos es que, como cuentan Kahn y Jade, muchas veces las identidades que no entran en el cistema (entiéndase sistema cisheterosexual) son discriminadas en sus lugares de trabajo e incluso por las personas encargadas de capacitarlas en su profesión.

Imagen de @ValDepetris para Color Legumbre

En el caso de Kahn, estudió cocina en una institución donde se sintió discriminade por su expresión de género y por ser de un pueblo pequeño en Santiago del Estero. Lo mismo se repitió en todos los locales comerciales en los que brindó sus servicios. Aún así, emprendí para nutrirme de conocimientos y herramientas y luego poder encontrar un trabajo estable que me permita vivir de lo que me gusta hacer”. Luego agregó: “aprendí a darme valor, a que hay muchísimas personas haciendo lo que yo hago pero no como yo lo hago”.

Imagen de La Nonita Pastas

Por otro lado, Jade nos contó que comenzó a emprender “porque no conseguía trabajo y porque me sentí discriminade a la hora de buscar uno. Por otro lado, es una especie de sometimiento que une hace por necesidades económicas”.

Las circunstancias adversas -que algunes las entienden como desafíos y otres como obstáculos- se suman a la vivencia en carne propia de la precarización laboral por parte de les emprendedores aquí mencionades, quienes acostumbran recibir tratos discriminatorios por su identidad. Sin embargo, muchas veces estos comportamientos son tolerados debido a la necesidad económica y a la incertidumbre con respecto a su estabilidad en relación al empleo. Precisamente, parte de estos prejuicios también están presentes en los procesos de selección laboral. Por lo mismo, una vez obtenido trabajo, usualmente les emprendedores continúan su labor aunque se manejen en contextos violentos que atentan contra su bienestar integral. 

A pesar de ello, Kahn, Francis y Jade, como muches otres emprendedores de la provincia encontraron una forma de inserción laboral con condiciones más dignas a través de sus proyectos dedicados a la producción culinaria.

 

Te invitamos a leer y compartir nuestra REVISTA y las redes sociales de los emprendimientos contenidos en ella, a las cuales podrás acceder haciendo click en sus links.

Apostar por estos emprendimientos, visibilizar y fomentar el trabajo de personas como Kahn, Francis y Jade, se vuelve una respuesta política frente a situaciones de injusticia y desigualdad estructural que afrontan en nuestra sociedad. Informarse más y difundir esos nuevos conocimientos, en conjunto con un consumo consciente, son acciones que significan un gran apoyo para la comunidad trans y no binarie.

 

Sumate y optá por una cocina transfeminista, vegana y consciente.

 

 

 

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* Escrito por María Sol Galoviche. Estudiante de tercer año de la Lic. en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba.

* Este material se ha elaborado en el marco del proyecto «El emprendedurismo en mujeres como herramienta para afrontar la desigualdad de género en el mercado laboral local», que ha recibido financiación de la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria (RSU) 2020-2021 de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por la Dra. María Inés Landa y el Dr. Hugo Rabbia.

(Fotografía de portada de Ani Becerra para su emprendimiento Evil)

(Fotografía de portada de Ani Becerra para su emprendimiento Evil)

 

¿En qué momento permitimos que la ropa nos use y no nosotres a esta?
¿Por qué dejamos que la industria textil y el mercado decidan sobre nuestros cuerpos? 
¿Cuándo comenzamos a catalogarnos por los talles de nuestra ropa? 

 

La particularidad de estas preguntas es su cuestionamiento al sistema comercial que impone la figura ideal de un cuerpo hegemónico sobre el físico de toda la sociedad. Ninguna persona es ajena a los estereotipos de belleza, sean internalizados o no, todes los hemos aprendido y sufrido; pero lo paradójico con estas imposiciones es que nadie puede cumplirlas al 100%, porque es un ideal imposible de alcanzar. 

Los estereotipos de belleza se reproducen por múltiples medios y espacios, no son solo los medios de comunicación los que imponen cierta imagen corporal que está “bien” mientras otras son objeto de burla, asco e incluso miedo. Las presiones sobre la forma y tamaño de nuestros cuerpos se manifiestan de un millón de maneras diferentes; unas muy evidentes, como cuando nos recomiendan dietas imposibles para bajar esos “kilos de más”, pero otras son sutiles y pasan desapercibidas, como cuando recorremos incontables locales de ropa y aún así no encontramos nada que nos entre. 

Acorde a una encuesta realizada por Anybody Argentina, el 70% de les encuestades tienen dificultades para conseguir ropa de su talle, la cual se presenta principalmente en jeans y pantalones. La tristeza es el sentimiento más recurrente entre las personas con dificultades para hallar talles porque el cuerpo no encaja en la ropa deseada (46%) y el 48% responde que el no encontrar talle, le lleva a cuestionar su cuerpo. El 21% manifestó realizar alguna conducta de riesgo para el desarrollo de desórdenes alimenticios (abstenerse de comer, tener atracones, vomitar, hacer ejercicio excesivo, ponerse a dieta para bajar de peso). Por último, el 52% respondió que su primera dieta fue entre los 10 y los 15 años, seguido de un 34% que lo hizo entre los 5 y los 10 años.

En relación a estos datos, Fernanda Nieto Romero dueña de la tienda medium & plus size Échame la culpa, uno de los únicos locales con ámplia variedad de talles de Villa Carlos Paz, nos cuenta que “las chicas venían muy tristes, entraban con el semblante decaído, desganado y se iban con otro totalmente diferente. Ver ese cambio en el rostro de las chicas, que me digan ‘es el primer lugar al que vengo y que me entra la ropa, que me gusta, que me queda bien, que me dan consejos y que no me tratan como si fuera una porquería’. Siempre que tengo la oportunidad les digo a mis clientas que mientras se sientan bien, les guste y sobre todo, que para mí es lo más importante, que se sientan cómodas con lo que se van a llevar, la moda no importa, hay que tratar de buscar lo que nos haga felices”.

La escasez de talles no es consecuencia de un error del mercado, porque efectivamente existe una demanda insatisfecha que nadie se apresuró a cumplir durante años. La determinación que posee la industria textil por producir mayoritariamente un cierto rango de talles representa un límite más que se nos impone para moldear la manera en la que “deberían ser” nuestros cuerpos. 

Pero esos años de luchar para encontrar ropa con la cual podamos expresar nuestra identidad y estilo están más cerca de terminar, principalmente porque hay personas que deciden crear indumentaria que no excluya a nadie y también inspiran a otres emprendedores a seguir sus pasos.

(Fotografía de Ana Laura Becerra para su emprendimiento Evil Clothes)

Como nos dijo Ani Becerra, creadora del emprendimiento Evil de la Ciudad de Córdoba y activista gorda: “Te mereces ser una diosa, ser lo que vos querés ser. El resto de la sociedad no tiene derecho a decirte qué hacer con tu cuerpo. Ana pudo captar la necesidad que tienen muchas personas a la hora de elegir su estilo y comenzó a confeccionar lo que ella llama ropa alternativa que te haga sentir bien, con la que te puedas expresar y que sí o sí te vaya a quedar. Nunca me ha pasado de que venga una clienta y se vaya sin ropa porque no le entra”

“La ropa no te tiene que apretar, pero no porque seas gorda, sino porque te tiene que acompañar, tenés que sentirte bien y cómoda. No deberías estar metiendo panza para que te prenda el jean, tiene que prender y punto. Ese es nuestro trabajo para hacer la moldería, que sea acorde a los cuerpos. Es lindo poder ver cómo se van transformando las clientas cada vez que vienen a comprar y encuentran su talle, animándose a otro tipo de cortes y modelos” dice Bethania Ávalos, co-creadora del emprendimiento Avepez de la ciudad de Córdoba.

El entorno no solo es hostil para aquelles que quieren comprar ropa, sino que también lo es para quienes deciden confeccionar o comercializarla en una gama más amplia de talles. En palabras de las entrevistadas, las mismas se encuentran frente a desalientos tales como el consejo prejuicioso de no producir talles grandes porque les gordes no te compran la ropa”, burlas hacia los maniquíes gordos de su vidriera o la dificultad de encontrar proveedores que trabajen la gama de talles que ellas quieren ofrecer y ante esta situación, deben recurrir a diferentes fábricas para lograr la amplitud de talles de sus prendas, como nos afirma Fernanda

Estos emprendimientos buscan aportar a la liberación de los cuerpos, lo que no contenta a la lógica actual del sistema capitalista, patriarcal y gordofóbico. Los discursos hegemónicos conspiran para la exclusión haciéndonos sentir que las formas de nuestros cuerpos son erradas, fallas del sistema, que no valemos nada, no merecemos mostrarnos ni ser vistas, desear ni ser deseadas. No obstante, los diferentes movimientos de liberación como los feminismos y, específicamente, el activismo gordo vienen a resistir, cuestionar y disputar este discurso, como así también, visibilizar los cuerpos deslegitimados y excluidos históricamente.

(Ilustración de Florencia Virovoy. Instagram: @flor_virovoy)

Los talles grandes llegaron para quedarse y vestir a una inmensidad de personas deseosas por tener más opciones que la ropa holgada, oscura y lisa, para entrar al mundo de la diversidad de colores, usos, formas y patrones. La lencería erótica, ropa deportiva y la indumentaria a la moda, hasta no hace mucho tiempo ni siquiera era un sueño, porque taparse los rollos era un imperativo naturalizado por todes. 

Estos emprendimientos incomodan y rompen con estructuras arcaicas creando ropa que hasta hace poco les gordes tenían prohibido usar.  Al respecto, Ani nos dice: “Lo que veo mucho en mis clientas al momento que empiezan a consumir las prendas, es que automáticamente tienen la obligación de verse a sí mismas, lo cual es difícil, y eso es lo que, para mí, lleva a tener un ejército de gordas en lencería por toda la General Paz”. En el marco de la marcha del 8M en 2019, Evil vistió a gran parte de las personas gordas que marcharon en esa intervención. “Eso es lo que suma a la causa y es el resultado de lo que se hace a nivel global; la posibilidad de que exista una liberación tal que después de tanto trabajo, al verte digas ‘bueno, esto soy yo, vamos a trabajar con esto’ y de repente pensar ‘me siento linda, nunca me había sentido así«.

El trabajo de estas emprendedoras actúa en dos niveles; en lo individual, ayuda a un sin fin de personas a mejorar la relación consigo mismas, con su cuerpo, su autoestima y en algunos casos, a descubrir o redefinir su identidad por disponer de muchos estilos con los cuales vestirse y sentirse cómodas. A nivel colectivo, se destaca su lucha por la visibilización, la representación y la aceptación social de la diversidad corporal, teniendo siempre presente que es la industria textil la que debe moldear la ropa a nuestros cuerpos y no nosotres a ella. 

 

*Escrito por Lic. Ana Laura Ottobre Aichino (activista gorda) y Lic. Iriana Sartor

 

*Este material se ha elaborado en el marco del proyecto «El emprendedurismo en mujeres como herramienta para afrontar la desigualdad de género en el mercado laboral local», que ha recibido financiación de la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria (RSU) 2020-2021 de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por la Dra. María Inés Landa y el Dr. Hugo Rabbia.

 

 

Expresiones ancladas en la literatura de autoayuda y la cultura terapéutica conjugadas con propuestas de autorrealización y no postergación de los deseos -narrados en clave de género- componen el panorama general de 7 Reinas, un evento público dirigido a mujeres que aspira a “evocar el empoderamiento” femenino. A partir de mi registro personal del evento realizado en 2019 en la ciudad de Córdoba y de los discursos de las expositoras, exploro algunas dinámicas y modos en que las creencias son movilizadas.

“Si lo deseo lo voy a lograr y si no lo logro sé que dejé todo”. ¿Quién no escuchó esta frase o alguna variante similar en conversaciones con amigos/as, familiares o simplemente recorriendo las redes sociales? A modo de consejo o apoyo, son palabras escuchadas con frecuencia. No obstante, la frase citada no fue dicha en ninguno de estos contextos, sino en 7 Reinas, un evento de motivación femenina surgido en 2013 de la mano de Tatiana Bregi (coach ontológico) y Lorena Gallardo (psicóloga y coach).

El evento, marcado por ideas de “empoderamiento femenino” y “motivación”, realizó una de sus ediciones a fines de junio de 2019 en un salón de fiestas y eventos de la ciudad de Córdoba. De algún modo, y debido a ciertas prenociones, esperaba encontrarme con imágenes que reforzaran estereotipos de género y exaltaciones del individualismo bajo la figura del espíritu emprendedor. Sin embargo, tomo distancia de estos planteos al reconocer la intervención de otros sentidos. Veremos a continuación algunos de ellos.

“Sigamos juntas limpiando el alma”: el evento

Antes de que las exposiciones iniciaran, la actividad transcurrió en un salón amplio y vidriado en el que se encontraban mujeres de diferentes edades que compartían una charla, una comida o simplemente recorrían los stands del salón. El ambiente estaba acondicionado para la ocasión: un fuerte perfume lo impregnaba todo, luces fucsias, globos y música electrónica acompañaban la espera de las cerca de 400 asistentes. Los márgenes del salón eran ocupados por diversos emprendimientos dirigidos por mujeres donde se podía conseguir, por ejemplo, ropa, pañuelos, carteras y postres caseros. Entre estos negocios, también se encontraba un espacio de la Secretaría de Equidad y Promoción del Empleo del Gobierno de la Provincia de Córdoba, como una de las partes que presentaban a la edición -entre otras organizaciones y empresas-.

Cerca del ingreso de lo que se convertiría en la sala de exposiciones -hasta ese momento cerrada con cortinas- una mesa promocionaba y comercializaba libros -en inglés y español- de una de las expositoras: Clara Naum (coach ejecutiva y consultora). Los títulos disponibles eran “El pasaporte espiritual”, el cual planteaba un proceso de autodescubrimiento como posibilidad de apelar al niño que vive en nuestro interior y remover la venda que nos impide ver” y “El perdón, como camino a la liberación y felicidad”, un libro que de acuerdo a su descripción pretende “lograr la sanación espiritual, psicológica y física”.  En definitiva, se trata de dos obras enmarcadas en el espacio de la autoayuda, pero que presentan rasgos espirituales (ubicación de un self sagrado, transformación personal/individual) que se encuentran a tono con la sensibilidad de la Nueva Era.

“Las charlas con Tati son reveladoras, van a salir y no van a ser las mismas”. Con estas palabras la presentadora del evento dio por iniciada formalmente una jornada intensiva de motivación femenina. A su vez en esta presentación se adelantó una idea que compone el repertorio motivacional de 7 Reinas y que por lo tanto se repetiría en todas las exposiciones: (ser una) “reina”. ¿Qué supone esto? Como explicó la presentadora se trata de “un trabajo interno que una tiene que hacer”, cuyas características principales son el “ser resiliente, perseverante y optimista”. Adicionalmente, es necesario subrayar que en algunas exposiciones las referencias sobre este tema incorporaban frases del tipo estar en movimiento, ser valientes,defender las ganas y animarse.

No obstante, estas no fueron las únicas expresiones y temáticas abordadas por las oradoras. Como algunas de estas referencias indican, la resiliencia aparece con una presencia relevante. Enmarcada en el pensamiento positivo, este término actuaba como un llamado a las mujeres a salir de la cama cuando no hay razones, señalando al mismo tiempo que se trata de una característica presente en todas. Así, cabe pensar en la potencialidad de estos discursos para revertir las imágenes y prácticas ligadas al “vivir para otros” y, de este modo, restituir el “vivir para una misma”. Hay que destacar también que, en sintonía con el lenguaje de la autoayuda, estos discursos plantean la reafirmación de la propia mujer (aceptarme como soy y “todas somos super mujeres) frente a un entorno que se percibe y sabe desigual.

«Yo las invito a que salgan como verdaderas peregrinas, que salgan con ganas de transitar su camino, de dejar su huella, de alcanzar su propósito. Realmente, en la sociedad en que vivimos, hace falta esto, que nosotras mujeres ocupemos nuestro espacio.»

Esta frase dicha por una emprendedora fue el cierre de su relato centrado en la figura de su abuela y las dificultades que atravesó en un ámbito universitario. Y la forma de superar ese contexto, marcado por desigualdades de género, estuvo en el apoyo entre mujeres. Como señalaron en otras intervenciones: “si no pueden solas confíen en otra mujer”, “todo lo que hice fue con una mujer al lado”. Por tanto, este tipo de relato al tiempo que reactualiza la memoria, señala e impugna los desafíos de las mujeres, pero también subraya la importancia que adquiere la construcción de una red de mujeres” o “tribu de mujeres” en palabras de otra oradora.

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Se puede arriesgar, en sintonía con otros análisis, que estas propuestas logran su atracción y éxito debido a que manejan el “lenguaje de la época, el del bienestar, el confort, el de ser emprendedoras de sí mismas”. Por tanto, este evento logra conjugar en su interior una serie de expresiones y reflexiones pertenecientes a una autoayuda espiritualizada que recupera el ideario de la psicología y el pensamiento positivo en clave de género. Se configura una sensibilidad religiosa específica, una espiritualidad femenina, atravesada por postulados centrados en procesos de autonomización de la mujer, autorrealización, autoconocimiento, bienestar y conformación de redes de apoyo y contención femenina.

Como señala Viotti, y otros/as investigadores/as, los postulados de este tipo de espiritualidad usualmente han sido blanco de sospecha de la “mirada ilustrada, secular, masculina e intelectual”. Así, y a contramano de propuestas críticas que ven en estas creencias procesos de individualización, expansión del neoliberalismo o mercantilización, se propuso una lectura que permita ampliar el abanico de posibilidades sobre los sentidos desplegados, en este caso, por las oradoras de un evento de motivación femenina.

 

* Escrito por Franco Olmos Rebellato (CONICET – UCC). 

 

* Este material se ha elaborado en el marco del proyecto «El emprendedurismo en mujeres como herramienta para afrontar la desigualdad de género en el mercado laboral local», que ha recibido financiación de la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria (RSU) 2020-2021 de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por la Dra. María Inés Landa y el Dr. Hugo Rabbia.

La igualdad de género en Paraguay, a pesar de encontrarse reconocida en el plano legal, dista de ser un hecho. El compromiso asumido por el Estado paraguayo demostró ser frágil y la consultora Muã Muã viene a luchar contra ese vacío gubernamental en la vida política de las mujeres de su país.

 

 

Muã Muã es una consultora política de Paraguay encabezada por cuatro mujeres (de izquierda a derecha): Andrea Benítez, Katherine Krone, María José Estigarribia y Gloria Riveros. La iniciativa comenzó en julio del 2020 y su objetivo siempre fue comunicar las propuestas políticas de las mujeres de su país. Dado el contexto político machista, Muã Muã decidió acompañar solamente el proceso de candidaturas de mujeres y lideresas políticas. 

Esta consultora se encuentra conformada por un equipo multidisciplinario que busca cubrir, de manera integral, la infantería y la aviación de una campaña electoral. Como explican sus gestoras, por infantería se refieren a la estructura de los dirigentes y sus votos, la sistematización y efectivización de los mismos; así como las estrategias que implementan para conseguir apoyo de los electores del adversario y estrategias de comunicación política de acuerdo a una performance de líder política definida (postura, gestos, tono, discurso). Por aviación remiten a la campaña de comunicación y marketing político a ejecutar, para posicionar a su candidata en la esfera electoral y pública a través de las plataformas digitales. 

 

 

La mayoría de los países están inmersos en sociedades históricamente regidas por un sistema capitalista y patriarcal, Paraguay no es la excepción. De hecho, en este país, el varón se encuentra exento de contribuir económicamente a la familia, tal como cuenta la investigadora Makaran en un artículo publicado en la revista de estudios latinoamericanos

El fin de la dictadura de Alfredo Stroessner Matiauda en 1989, conocido como “Stronato”, supuso una nueva realidad para las mujeres paraguayas, ya que el escenario propició la adición del Artículo 48 en la Constitución, el cual refiere a la igualdad de derechos políticos, civiles, sociales, económicos y culturales entre varones y mujeres. En ese mismo documento, se incorporó la creación de mecanismos por parte del Estado para garantizar las relaciones de equidad entre géneros. Desde aquel momento, el gobierno comenzó a ratificar convenios y acuerdos internacionales que procuraron introducir una perspectiva de género en las políticas públicas. A pesar de esto, 32 años después, la Ministra de la Mujer decidió homenajear al Presidente Mario Abdo, en el Día de la Conmemoración a la Mujer Paraguaya, por su supuesto liderazgo y gestión en un mayor acceso de mujeres a cargo de la toma de decisiones. Esto resulta irónico ya que durante su gestión, la desigualdad de género se acentuó significativamente.

 

 

 

 

 

 Las entrevistadas coincidieron en señalar que esas experiencias machistas fueron el motor principal del nacimiento de su consultora política. Ellas decidieron unirse para demostrarle al sector masculino de la política que las mujeres son capaces de afrontar cualquier situación que se les presente y que la política necesariamente requiere un enfoque feminista. Así pues, unieron conocimientos, organizaron los paquetes de servicios y en una semana conformaron la estructura de la consultora

Su principal objetivo es darle un lugar representativo a la mujer en la política y a pesar de los tratos descalificantes que sufren por el simple hecho de ser mujeres, continúan su árduo trabajo para que dicha representación siga creciendo. Más aún, Andrea comenta que muchos políticos varones, luego de finalizar con las formalidades de los contratos de servicio de consultoría, pretendían que ellas llevaran a cabo más tareas de las que se habían pactado y al expresar su descontento, estos clientes rescindieron muchos de los acuerdos y contratos que se encontraban en curso de acción. 

 

Las palabras de Andrea nos ilustran sobre los prejuicios en torno al trabajo profesional de las mujeres en política: en el imaginario de ellos querían que fuéramos sus sirvientas, pero cuando se dieron cuenta que no, fue cuando empezaron a tratarnos mal, además, muchos de ellos nos contratan para una cosa pero al vernos mujeres nos quieren para otra en la práctica”. Gloria agrega “es doloroso ver cómo nosotras cuatro, cada una por separado, diseñó en algún momento de su carrera la campaña política de muchoshombres que una vez que alcanzaron el éxito, se olvidaron de nosotras y ni siquiera crédito nos han dado por el trabajo realizado”. 

Es por esta razón que actualmente han decidido trabajar solamente con mujeres candidatas o lideresas políticas. Estas mujeres, que se mueven y trabajan en el mundo de la política, siempre tienen presente que “cuando la situación se pone difícil, siempre hay una mujer para darle la mano a otra mujer

 

 

Algunas de las problemáticas coyunturales que recupera esta nota son las que acentúan la desigualdad en el plano político entre varones y mujeres ya que, por más que existan nuevas regulaciones constitucionales o tratados internacionales, los cambios sociales que enuncia su legislación no se materializan en la conciencia colectiva de ese país.

Mientras tanto, estas mujeres se reinventan a pesar de los obstáculos y dificultades que se le presenten en su camino. Uno de esos movimientos fue la acción de fusionarse con Herederas de las Residentas, una fundación que al igual que su organización, proyecta un futuro donde la mujer adquiere visibilidad, legitimidad, equidad y respeto en el mundo de la política. Además, ellas afirman que los cambios en la política dejan de manifiesto que la influencia de las mujeres en la transición de líderes políticos es una realidad a la hora de conquistar un proceso electoral.

Desde la perspectiva de estas mujeres, lo que realmente se necesita son políticas económicas y de género que aborden de raíz las condiciones objetivas de existencia de las mujeres, así como los órdenes simbólicos que las perfoman, promoviendo culturas estatales, laborales, artísticas, educativas, sanitarias, mercantiles y políticas donde varones, mujeres y géneros disidentes tengan las mismas oportunidades en términos de derechos y acceso a todos los sectores que conforman la sociedad. 

 

En palabras de Andrea, “son las mujeres feministas las que deben luchar por alcanzar espacios de poder y ejercer su existencia como un acto político, revolucionario y libre. Hoy más que nunca es importante aprender, comprender y reivindicar cada derecho ganado en la lucha por frenar la desigualdad de género en todos los ámbitos”.

 

 

 

*Escrito por Agostina Aimar, Ileana Bergia y Florencia Salvatierra. Estudiantes de 4to año de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, Universidad Católica de Córdoba.

 

*Este material se ha elaborado en el marco del proyecto «El emprendedurismo en mujeres como herramienta para afrontar la desigualdad de género en el mercado laboral local«, que ha recibido financiación de la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria (RSU) 2020-2021 de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por la Dra. María Inés Landa y el Dr. Hugo Rabbia.

 

¿Sabés quién hace tu ropa? ¿Conocés los ingredientes que tienen tus alimentos? ¿Sabés quiénes participan en la producción de las cosas que comprás? Si alguna vez cuestionaste tu manera de consumir, este artículo puede ser de tu interés. Entrevistamos a un grupo de emprendedoras cordobesas, que forman parte de la feria «Feministas Trabajando«, y nos introdujeron en la noción del consumo consciente o responsable.

Esta idea implica tener en cuenta, además de las variables precio y calidad:

 

  • El consumo ético: es un hecho consciente, premeditado, que permite no dejarse llevar por la presión de la publicidad, las modas impuestas y priorizar valores como la responsabilidad y la austeridad como alternativa al despilfarro y el consumismo.

 

  • El consumo social o solidario: se preocupa por el respeto de los Derechos Humanos y laborales de las/los trabajadoras/es durante la producción de los artículos que consumimos. También posibilita la toma de conciencia sobre el consumo a los pequeños comercios o emprendimientos cercanos y así ayudar a la economía local.

 

  • El consumo ecológico: por un lado, busca reducir el consumo innecesario, lo que contribuye a la no generación de basura y por otro lado, fomenta la compra de productos que sean amigables con el medio ambiente, con el propósito de solidarizarnos con nuestra generación y la futura. Además, promueve un estilo de vida basado en hábitos alimenticios sanos y equilibrados.

 

Es una constante que luego de cada crisis económica, incrementa el interés general por la cuestión del consumo. Esto se vuelve a presentar hoy con la pandemia mundial de COVID-19 como una problemática importante para  las personas que consumen en la provincia de Córdoba y en todo el país. 

 

Si bien las principales consecuencias de la pandemia fueron negativas, muchas personas comenzaron a cuestionar sus hábitos de compra desde la conciencia medioambiental. Lo que en gran parte gatilló esta reflexión fue la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante los primeros meses de cuarentena, donde se visibilizó fuertemente el impacto del ser humano en el planeta. Pero estas mejoras fueron solo temporales, porque se derivan de una aguda desaceleración económica y un trágico sufrimiento humano.

 

Otro detonante fue el ver cómo la crisis económica perjudicó a gran parte de la población en Argentina, en especial a aquella que administraba pequeños negocios. Esta fue la semilla que se plantó en la consciencia de muchas personas y les permitió darse cuenta que el acto de consumir no es un hecho aislado de la manera en la que está elaborado dicho producto, ni tampoco de las consecuencias posteriores que tiene comprar determinados artículos a un comercio concreto.

Por ejemplo, no es lo mismo comprar un pan en un supermercado perteneciente a una cadena, que adquirirlo de una vendedora independiente que sobrevive gracias a un emprendimiento de panificación.

 

Este es el caso de Milagros Ludueña, de la Panificación Milrubi en la ciudad de Córdoba, que afirma “no es solamente ir y comprar algo, sino también hay una parte de responsabilidad y compromiso en todo eso”. Ella opina que es importante que los ciudadanos “fomentemos o colaboremos, tengamos un compromiso con la economía local, los pequeños productores, los pequeños comerciantes que realmente la están pasando mal”

Como muchas otras de las emprendedoras entrevistadas, Milagros contó sobre los cambios que está generando dentro de su marca, como el packaging o sus insumos de producción, que reemplaza por unos más amigables con el medio ambiente. 

 

Un emprendimiento también  comprometido con la ecología es Era Complementos, de Candela Jauregui, radicada en la ciudad de Villa Carlos Paz. “Siempre trato de que mi marca tenga desecho cero, que todo sea en base al reciclaje, ya sea la materia prima o las bolsas. Ahora incorporé bolsas que se desintegran cuando las tirás, están hechas con almidón y las etiquetas son plantables”.

“Hay veces que a mí me sobran retazos y se los doy a otras chicas que hacen cosas más pequeñas, entonces es un círculo de reciclaje, trato que sea 100%”, agrega. Candela también nos cuenta sobre su proceso de fabricación: “son producciones muy chicas, 20 o 30 productos por mes, que si yo quisiera podría hacer más, pero sería como faltar a mi ética, porque no es fácil conseguir telas y productos. Lleva un proceso el reciclaje, entonces sería como que le estaría mintiendo a la gente, porque debería ir a comprar telas si quisiera hacer más”.  A través de lo que cuenta se puede percibir el compromiso de esta emprendedora con el propósito de que su marca de accesorios de uso cotidiano sea ecológica, reciclable y vegana”

 

El consumo ético es uno de los propósitos mencionados por las emprendedoras entrevistadas, como Bethania Ávalos, de Córdoba Capital que creó junto con su hermana, el emprendimiento Avepez. Nos pasó algo siempre que es que la gente que nos compra, toma la prenda como si fuera un ser y le dicen ‘mi Avepez me acompañó a tal lado’ (…) A mí me encanta que se haya dado, creo que no fue casualidad porque también contribuye a esta cuestión de que la moda no sea descartable, no es que me compro, lo uso, lo tiro. Se genera un vínculo con la prenda que no solamente es afectivo, sino que también es responsable por no contribuir a tanta basura, tanto descarte. Ser más consciente en qué consumimos.

Su marca de indumentaria de diseño tiene la impronta del slow fashion, donde cada prenda es diseñada y confeccionada en su debido tiempo y forma; por su calidad, están destinadas a durar en el tiempo y por supuesto, hay una mayor conciencia por el medio ambiente y las condiciones de trabajo humano. 

Con respecto al consumo social, Silvia Vega dueña del emprendimiento Trufa Dolls en Córdoba Capital nos comenta que para su proceso de producción busca ONG o fundaciones y así poder darle una oportunidad laboral a quien la necesite. “Es pensado así, desde ese lado, mujeres que ayudan a mujeres. Y en ese camino encontré una fundación que se llama Las Omas, con la que  vengo trabajando desde hace 3 años más o menos”. Esta fundación ofrece  contención y ayuda para conseguir trabajo a mujeres en situación de vulnerabilidad socioeconómica y víctimas de violencia de género. Otro de los objetivos de Trufa Dolls es concientizar a las familias sobre el uso del plástico en los juguetes de los niños y las niñas, apostando a otras formas de juego donde se pueda generar un vínculo más afectivo con el juguete, que no contribuya al descarte. A su vez, esto da mayor espacio a la imaginación y creatividad del infante.

Así como Silvia de Trufa Dolls, todas las mujeres entrevistadas demostraron tener una visión que busca incluir las condiciones de producción, comercialización y consumo de sus productos, impulsando con sus emprendimientos esta noción del consumo responsable, que se popularizó en el contexto actual de pandemia y desequilibrio económico. 

 

Las crisis ambientales, sociales y económicas nos han hecho reflexionar sobre el impacto que nuestras acciones cotidianas tienen en el entorno. Pero todavía nos falta un largo camino por recorrer como sociedad. Según una encuesta mundial de Accenture en el 2020, el 50% del público que consume manifiesta no saber qué marcas son éticas y/o sustentables y cuáles no; además el 33% desconoce qué artículos pueden ser destinados al reciclaje. Sin embargo, la misma encuesta demostró que el 65% de quienes consumen opinan que el gobierno debería crear legislación para fomentar el consumo consciente, como por ejemplo: cobrar las bolsas de plástico.

 

Entonces ¿qué podemos hacer? Cuestionar los hábitos de consumo es un buen comienzo, pero tiene que verse reflejado en nuestras acciones para que éstas impacten y generen un cambio:

 

  • Ayudar a la economía local: elegir comprar los productos a quienes emprenden localmente, ya que pueden tener los mismos productos de las grandes cadenas comerciales a un precio más accesible. Algunas de las emprendedoras entrevistadas sostuvieron que mantienen precios “populares” con el objetivo de llevar a cabo un comercio justo.

 

  • Cambiar hábitos cotidianos: por acciones más amigables al medio ambiente, como por ejemplo: usar bolsas de tela para hacer las compras, reducir los descartes de plástico y separar los residuos. 

 

 

  • Buscar información sobre la cadena de producción de lo que se consume: informarse ayuda a ejercer una ciudadanía más activa en la economía local y para cambiar la realidad. También es muy importante que compartas tus nuevos conocimientos y hábitos con las personas que te rodean para contagiar consciencia social.

*Escrito por Lic. Iriana Sartor y Lic. Ana Laura Ottobre Aichino.

 

* Este material se ha elaborado en el marco del proyecto «El emprendedurismo en mujeres como herramienta para afrontar la desigualdad de género en el mercado laboral local», que ha recibido financiación de la Secretaría de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria (RSU) 2020-2021 de la Universidad Católica de Córdoba, coordinado por la Dra. María Inés Landa y el Dr. Hugo Rabbia.